Hay un término que quizás no es muy conocido, y que es interesante, porque los factores que condicionan que una ciudad sea saludable, pueden ayudar en la toma de decisión sobre donde vivir, o lo que cada uno con nuestro granito de arena podemos mejorar en nuestra sociedad.
La medicina no sólo se basa en curar enfermedades, sino que una parte muy importante de la misma consiste en prevenirlas. Para ello, los sistemas sanitarios desarrollan estrategias de promoción de la salud.
Dado que las tendencias actuales en promoción de la salud van encaminadas a responsabilizar y empoderar a las personas para una mejor toma de decisiones respecto a su salud, se debe procurar también que estas decisiones sean posibles, es decir, ofertar los recursos y servicios para que se puedan llevar a cabo , es más, que las opciones saludables sean las más fáciles de tomar (modelos socioculturales favorables).

En realidad el término “Ciudades saludables” hace referencia a un movimiento global impulsado por la OMS (Organización Mundial de la Salud) desde hace 32 años, para que la salud esté presente en los estamentos sociales, económicos y políticos de las ciudades.
La OMS proporciona a las ciudades asesoramiento tanto en estrategias políticas como técnicas con esta finalidad. En 2018 se habían unido a este movimiento 1400 municipios.
La urbanización saludable consiste en modelos de ciudades en las que tiene un papel principal en la promoción de la salud :Ciudades saludables.
Esto es importante no sólo por el bienestar de los individuos que en ellas habitan, sino también porque muchas de estas ciudades son auténticos centros culturales, económicos y políticos.

Las ciudades saludables proporcionan los siguientes beneficios:
- Crear un entorno de apoyo a la salud.
- Proporcionar una buena calidad de vida.
- Proporcionar necesidades básicas de saneamiento e higiene,
- Tener un buen acceso a la atención sanitaria.

Los desafíos para la salud más evidentes en las ciudades están relacionados con el agua, el medio ambiente, la violencia y los traumatismos, las enfermedades no transmisibles (enfermedades cardiovasculares, cáncer, diabetes y enfermedades respiratorias crónicas), dietas malsanas, inactividad física y consumo nocivo de alcohol, así como con los riesgos asociados a brotes epidémicos,
Esto último bien lo hemos podido observar en los últimos tiempos, donde se ha visto que los lugares con más hacinamiento y superpoblados han presentado niveles de contagios por SARS-COV 2 muy elevados, poniendo en jaque a los servicios sanitarios, que han tenido que dar respuesta a esta difícil situación. Cuanto mejor esté una ciudad dotada de sistema sanitario y saneamiento, más flexibilidad de adaptación y menos daño pueden causar los factores mencionados.

La vida en las ciudades y las crecientes presiones derivadas de la comercialización masiva, la disponibilidad de productos comestibles malsanos y el acceso a la automatización y al transporte influyen sobre el modo de vida y afectan directamente a la salud.
Qué pueden hacer las ciudades para superar los desafíos?
- Promover una planificación urbana que propicie los hábitos saludables y la seguridad.
- Mejorar las condiciones de vida en las ciudades, en particular mediante el acceso a viviendas y sistemas de saneamiento adecuados para todos.
- Incorporar a las comunidades en los procesos de decisión.
- Asegurar que la infraestructura de las ciudades sea accesible a las personas mayores.
- Velar por que las zonas urbanas puedan soportar situaciones de emergencia o desastre.

Espero que entre todos apoyemos y ayudemos a construir un mundo mejor, más saludable, más amable, y capaz de afrontar los desafíos actuales y futuros.
Con mucho amor
Dra Nuria Heredia Olmos